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lunes, 7 de noviembre de 2011

Caminos oscuros.


La mayoría de las personas piensan que tenemos libre albedrio, que todos elegimos nuestros caminos. A veces el camino es claro, a veces el camino es oscuro.
La vida nos lleva por caminos que llamamos experiencias, algunas son buenas otras son malas y complicadas. Cuando las malas son muchas, tienden a transformarse en una oscuridad difícil de comprender. Al principio es difícil de entender esta oscuridad que tiende a apoderarse de uno.  A veces nos conocemos, a veces no. Sabemos de nuestra oscuridad. Pero también tenemos que saber de nuestra luz. Muchas veces no sentimos esa luz con fuerza, mayormente por el odio que puede estar presente en nosotros. Pero tenemos que aprender a perdonar a olvidar. No sabemos como, pero hay que tratar. Hay que dejar ir ese odio. Dejarlo ir. No se puede vivir con odio dentro del corazón. Con el tiempo te come por dentro.  Debemos de encontrar paz en la vida. Esa paz, no es acerca de esas personas que nos han hecho daño, es acerca de nosotros. Si no  dejamos ir ese odio y oscuridad, eventualmente, ella no dejara irnos. Hay que dejarla ir. Aunque algunos momentos de nuestra vida nos encontremos con personas que no tienen luz, aunque durante el camino de la vida pensemos que no hay luz en nosotros.

Con el tiempo aceptamos los caminos oscuros  en los que nos desviamos en la vida, pero ¿se podrá hacer un desvió? Una cosa es cierta. No hay manera de rodear la desviación en este camino, sin aceptar la verdad, y dejar ir ese odio oscuro que nos come por dentro.

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